jueves, 22 de febrero de 2018


La práctica consciente de una filosofía de vida
La mayor parte de nuestras decisiones y actos están basados generalmente en gustos y aprensiones,  ambiciones y necesidades, creencias y costumbres.
Observar una filosofía de vida positiva o disciplina espiritual (en Yoga, Yamas y Niyamas) condiciona favorablemente la mente para la toma de decisiones,  para rectificar nuestro comportamiento, cambiar hábitos y rutinas en la vida diaria que no nos favorecen y contaminan con stress, pensamientos lúgubres, confusión y conflicto.
Es decir que la puesta en práctica de esos principios o valores purifican gradualmente nuestros  pensamientos, conducta y  el carácter en sí.
*La asociación o conexión con personas sinceras y positivas (no significa que sean perfectas) es un punto importante más a favor para mantener la salud mental y emocional.  Estas tenderán a compartir sus experiencias de vida, conocimientos y progreso  y serán un estímulo para nuestro avance también.
*Actitud positiva a pesar de las circunstancias difíciles que debamos afrontar, sabiendo que somos parte de un orden mayor, un universo muy amplio.  Cada acontecimiento es una oportunidad de aprendizaje y prueba de fortaleza para crecer y transitar más preparados, con nuevas herramientas, el camino de la vida y comprender mejor  y/o ayudar a los que hayan pasado cuestiones similares o estén sobrellevando actualmente dificultades.
*Cultivar mejor el aspecto sátvico, la humildad, frente al egocentrismo manteniendo un balance de la autoestima. Ni creer ser mucho ni tan poco.
*Autenticidad, verdad. Es un estado de conciencia, darse cuenta, ser sinceros con nosotros mismos.
El cuerpo físico con los años se transforma y madura, la mente y emociones también. El aspecto espiritual también evoluciona dándonos la posibilidad de vivir gozamente cada minuto, plenos y conscientes de la unión sagrada con la fuente eterna de sabiduría, entendimiento y felicidad.